miércoles, 21 de diciembre de 2011

Paséo por el Siglo XXI

En el siglo veintiuno, el hombre no es más un animal, la evolución vino en serio, somos mucho más que eso, nuestro poder de razonamiento nos permitió distinguirnos del resto de las criaturas que habitan la tierra y llegar a ser carteles luminosos, pancartas, y en el más limitado de los casos pasacalles. Inclusive mucho más que carteles, porque si bien nos basamos en la violencia visual para distinguirnos de la competencia, también podemos acudir al sonido y como si eso fuera poco a los aromas. Pero no somos malos, para darle ventaja al resto de las especies legalizamos el alcohol que nos permite ser más libres, más osados, menos pensantes, ¡para eso sirven las drogas, ¿no?!

Caminar por el barrio de Palermo un sábado a la noche sin adentrarme en “la noche”, sin meterme en “la fiesta” me parecía una idea estupenda, casi como observar animales en una jaula, casi como mirar fijo a ese alce que conservan en el zoológico de Buenos Aires incluso en veranos cuarentagradences, si me permiten la hindiscresion.

El paseo comenzó como una experiencia placentera, me sentía un turista que no entendía bien donde estaba parado, con los pies bien en el piso, pero la vista en lo alto, intentando contemplar las copas de los árboles que camuflan la “evolutiva” pincelada humana del lugar.


CONTINUARÁ...

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